martes, 14 de julio de 2009

Te quiero.

Te quiero, ¿Lo entiendes? Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero. Podría repetirlo hasta que mis labios se entumezcan y las palabras dejen de tener sentido. Podría escribírtelo en francés o en chino, al revés, con letras rojas o con tinta invisible. Podría tatuármelo en la frente, para que lo vieras cada vez que me miraras. Podría hacer que un avión lo escribiera en el cielo, como en las películas, o que apareciera en el marcador, en medio de un partido. Pero no me gustan los aviones ni los partidos, ni sé hablar chino ni francés, me dan miedo las agujas y nunca supe encontrar la tinta invisible.