miércoles, 14 de julio de 2010

La última estación

Se merecían una noche diferente, bajar la guardia, mezclarse con la gente. Desoxidar el corazón con ese lubricante viejo al que llaman amor. Pero sin luna el cielo no tiene colores, debes pintarlos arañando sensaciones con esa leve confusión que nos convierte en inexpertos a la que llaman pasión. Y van de la mano, no se atreven a soltarse ni a juntarse un poco más. Dos pieles acostumbradas a no buscarse y rozar.
El camarero puso velas, sirvió el cava. Seis años juntos, pensaron mientras brindaban.
-¿Qué tal va el curro?
-Pues igual.
-Han llamado tus padres, van a venir a cenar.
Con el alcohol prendió la llama del pasado
-Estás muy guapa.
-Tú también, pero más calvo.
Bajo la mesa un pie juguetón.
-Yo también me alegro de verte, -le susurró al pantalón-.
Fueron al lavabo, jodieron como nunca, incluso hicieron el amor. Sabe a nostalgia el orgasmo: llega la última estación. Te quiero tanto, susurraban las caricias. Es un adiós, sabían sus medias sonrisas. Interrumpieron la emocióncon una carcajada cuando el maître les pilló. Esperaron al alba, recordando el primer beso, escuchando su canción.
-Ha sido un placer quererla.
-Lo mismo digo, señor.
Se merecían una vida diferente, bajar la guardia, mezclarse con la gente. Desoxidar el corazón. Quién sabe, tal vez el destino los junte en otro vagón.

martes, 13 de julio de 2010

El verbo gustar en todo su esplendor.

Me gusta que todas las ventanas de mi casa estén abiertas y todo se mezcle en una corriente de aire constante que hace que los pósters de la pared se muevan continuamente. Me gusta apagar el ordenador en la noche de un día demasiado duro y poder tumbarme en la cama a escribir en mi libreta llena de trozos amargos de mi vida que llenan el vaso cuando está medio vacío. Me gusta cuando en lugares públicos veo a gente que les llega un mensaje al móvil y sonríen al leerlo. Me gusta cuando el pensamiento tranquilizador de que aún me queda mucho por vivir me salva del agobio pensando en el futuro. Me gusta acariciar a las personas cuando apoyan su cabeza en mis rodillas. Me gusta que mi nombre no lleve hache. Me gusta llamar a mi perro y mimarlo cuando estoy muy contenta o eufórica por algo. Morderme el labio inferior cuando siento una timidez extraña. Tener ideales y demostrarlos. La música con sentido. Me gusta releer cartas, sms, emails o postales viejas para ver la importancia que me ha dado cada persona en cada etapa de su vida. Apoyarme en el pecho de las personas por las que me siento protegida. Me gusta hacer reír a los niños pequeños, bueno, eso más que gustarme, me hace feliz. La palabra t'estimo. Me gusta volver andando a mi casa sola por la noche y pensar. Hacer girar las monedas sobre si mismas. Jugar al tetris del móvil cuando estoy muy aburrida.
Me gusta cuando no sé como terminar los textos, como por ejemplo este, y termino con una frase ocurrente que me viene de repente a la cabeza, como por ejemplo esta.

domingo, 11 de julio de 2010


Imagínate de repente empezar a olvidarlo todo. Andar sobre tus pasos y que estos estén en blanco. Escribir "hamor" con hache porque no sabes de ortografía ni de todo lo demás. Mirar atrás y que el pasado no te acune entre sus brazos ni te aceche en las esquinas. No recordar tu tarta de cumpleaños de los once años...Aunque apuesto que ahora tampoco la recuerdas.

Imagínate de repente empezar a olvidarlo todo, que miedo ¿verdad?

martes, 6 de julio de 2010

Ni tus amaneceres son tan fríos ni mis noches son tan calidas.

Me gusta cuando te acercas sin querer, o queriendolo demasiado. Cuando sin ningún tipo de acritud, me miras a los ojos para no decirme nada. Cuando en un mirador, pienso que es mas fácil abrazar a Barcelona entera que a ti, porque incluso ella tiene menos recovecos que tu. Francamente hace tiempo que las palabras se me agotaron, todo se empieza a reducir a monosílabos tan simples que si los grandes novelistas de amor los oyeran, perderian su gran vocación. ¿Pero sabes que creo? Creo que si me quieres un rato más me acabarás queriendo toda la vida. Creo que el dia que me vaya muy lejos me vas a echar de menos. Creo que cuando los polos opuestos se atraigan tu y yo nos vamos a chocar de frente. Creo que las cosas son faciles, pero tu y yo las complicamos siempre. Creo que esta noche va a ser muy fria si no duermes conmigo.